El último pastel

"Instalarse definitivamente en lo provisorio"


El señor verano ha asomado una pestaña en el sur de Francia y estamos plenamente agradecidos! rápidamente hemos agarrado la carpa, la hamaca, el mate, una tarta, una botella de Madiran y hemos arrancado a un centro de vacaciones que nos gusta mucho y al que llegamos los viernes para apropiamos del lugar por unos días.“Instalarse definitivamente en lo provisorio” como dice mi actriz francesa preferida.

Antes de salir, hice la masa para la tarta, que es la misma que para las empanadas pero le agregué esta vez semillas de amapola que (digámoslo) no le dieron ninguna nota especial.

Y el fin de semana se diluyo así entre gente conocida, una sardinada y Yukio Mishima, un escritor japonés que me quita la literalmente la respiración (como es posible escribir así? Como?), mientras bajo fondo tango nos susurraba milongas modernas al oído.
A las dos y media de la tarde del domingo, el responsable del centro repartió postres entre los que estamos desparramados por el césped, leyendo, charlando, haciendo amigos.

La piscina estaba cerca
El sol radiante
La gente agradable
A mi lado una copa de kir prometía algunas gotitas de frescura
Una nena rubia jugaba a mi lado y hablaba increíblemente bien francés, “como una grande…”

El paraíso era esta vez terrenal


El postre:

Debajo de la copa había ensalada de frutas (banana, mango, manzana y naranja) arriba helado de pera y mango, encima un poco de crema chantilly, un poquito de licor de frutilla, con un cigarro ruso y una hojita de menta para decorar.
Una delicia.