El último pastel

Estudia derecho vos, si queres- le dijo ella.

Yo tengo una amiga: una de esas amigas medio hermanas que nos da la vida.
Hicimos juntas la carrera de derecho en la Universidad Nacional de La plata en Buenos Aires. Nos conocimos en la puerta de “la” materia que era el terror de los pobres estudiantes: “Obligaciones” con un profesor que de solo escucharlo se te caían los anillos del susto.

Nos encontramos de a poco, por una afinidad que en ese momento no sabíamos bien que era. Pero ahora que lo pienso, a las dos nos picaba el bichito de pasar la frontera: de empezar a correr por la calle 6 de la Universidad para terminar en África o en Brasil.
Irnos: conocer, recorrer otras calles, escuchar otros acentos: comer de la gran paella mundial.

Nos unían también otras cosas: las dos nos preguntábamos sin cesar cuando escuchábamos el empaquetado profesor de derecho civil “y que diablos haré yo acá?” “Qué?” Mientras yo rezongaba en voz alta por la exigencia de tener que estudiar los artículos del código civil francés “a quien le importa –decía yo- la responsabilidad contractual de los franceses?” Para que el azar me respondiera años mas tarde “a vos, querida! a vos!”

A Luciana (así se llama mi amiga) le gustaba escalar montañas. De modo que ella daba dos o tres materias cuando estaba en argentina (como para calmar el ansia familiar) y después se iba a escalar los Andes hasta Santiago o metía su bicicleta doblada al avión y se venia a Europa, a África. A bicicletear.

Hace 6 años que no nos vemos en persona, aunque gracias a Internet y por entre medio del ordenador nos vemos seguido… así conocí su bebe Inti, y a su pareja: un hermoso hombre peruano que ella conoció justo en la punta mas alta del Machu Pichu: justito ahí estaba el, naranja entera para naranja entera. Nada de mitades.

A mí, la vida me dejo por casualidad en la esquina de rue du languedoc en Toulouse y seguí mi carrera en francés. Estudiando los artículos du code civil français (pero esta vez) sin chistar.

Ella se fue a viajar, dejo la carrera como esos pulóveres que uno no quiere tejer mas “basta” ya esta! no quiero estudiar esto! y revoleó el ovillo, las agujas, la constitución argentina …y se fue a viajar: Brasil, Bolivia, nuestra bella América latina hasta el Perú.
Se derramo completa en pasión: hacer bijouterie. Escalar hasta lo alto de un collar para ponerle la piedra ahí: justito ahí donde queda linda… hacer colgantes que el viento lleva caprichoso para el norte, para el sur: para el centro de si mismo.

Este es su blog:

http://www.kylasharte.blogspot.com

su pasion y su trabajo que comparte con su familia.
Espero que puedan tocar a través de su espacio, la belleza y la sensibilidad de esta mujer.